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Abordar estos temas puede ser complicado, pero como empresa, no optamos por ignorarlos. Aunque muchas personas piensan que la ética y el negocio son incompatibles, nos complace saber que la mayoría de nuestros clientes rechazan esta idea. Nos esforzamos por asegurar que nuestros proveedores compartan nuestros principios.
Las áreas que más nos preocupan y que suelen ser motivo de consulta son:
Nuestra pasión por nuestros productos va acompañada de un profundo respeto por los animales. Rechazamos cualquier forma de crueldad animal, por lo que garantizamos que:
Ninguno de nuestros productos ha sido sometido a pruebas en animales. Sin embargo, es prácticamente imposible que cualquier empresa afirme que todos los ingredientes de sus productos nunca han sido probados en animales. Lo que sí podemos asegurar es que, en la medida de lo posible, optamos por ingredientes puros y naturales, trabajando solo con proveedores que comparten nuestros valores y que se esfuerzan por ofrecer productos completamente libres de crueldad. Es probable que no se haya probado ningún ingrediente básico en animales desde 1967.
Nos comprometemos a investigar si un proveedor puede estar involucrado en la explotación del trabajo infantil y evitamos colaborar con ellos. Hoy en día, es poco probable que las empresas de India o de otras regiones lo admitan abiertamente, por lo que es fundamental utilizar el sentido común y la intuición. Los productos destinados a la exportación suelen tener un precio más alto que los de venta local, lo que reduce la presión comercial sobre los fabricantes para bajar costos de manera irresponsable.
La utilización sistemática del trabajo infantil es, en nuestra opinión, una expresión de pura avaricia. Sin embargo, es complejo, ya que en algunas culturas, especialmente en pequeños negocios familiares, los niños son parte del proceso productivo. Por ejemplo, en India, muchas comunidades rurales dependen de la artesanía y transmiten habilidades de generación en generación. Durante un viaje a Calcuta en 2006, visitamos un pueblo y descubrimos que, a pesar de carecer de electricidad y agua corriente, la comunidad estaba bien organizada y los niños eran parte integral de la actividad familiar, ayudando después de la escuela.
Al llegar al pueblo, nos encontramos con un ambiente vibrante y limpio, donde los niños sonreían sin pedir nada a cambio. A pesar de la falta de comodidades modernas, el ambiente era amigable y laborioso, y todos tenían sonrisas genuinas. Esto nos hizo replantear nuestra visión sobre la pobreza en estas comunidades; lo que vimos fue una comunidad unida y trabajadora.
Pasamos hasta seis meses al año en países como India, Indonesia, Nepal y China, buscando nuevos productos y cumpliendo con los deseos de nuestros clientes. No solo hacemos negocios con proveedores, sino que también verificamos personalmente las condiciones laborales de su personal y subcontratistas. En varias ocasiones, hemos cancelado pedidos al darnos cuenta de que el personal estaba siendo explotado.
En India, los productos destinados a la exportación se venden a precios más altos que los del mercado local, lo que debería permitir a las empresas ofrecer mejores condiciones laborales. Estamos dispuestos a trabajar dentro de este marco siempre que los beneficios sean evidentes. Así entendemos el comercio justo.
Es importante destacar que algunos importadores eligen operar fuera de este sistema, comprando como si fueran para el mercado local pero exportando, lo que puede resultar en competencia desleal.
Contamos con una amplia gama de productos, por lo que no todos pueden ser orgánicos o reciclados, pero valoramos especialmente estas características al introducir nuevas líneas. Siempre buscamos que las materias primas que utilizamos sean sostenibles.
